La falta de sueño no solo impacta negativamente en la salud física y mental, sino que también contribuye al aumento del estrés y la disminución del rendimiento diario. Pero lo cierto es que el insomnio afecta a millones de argentinos y ha sido identificado como una de las principales barreras para un estilo de vida saludable y productivo.
Se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño, mantenerse dormido o despertarse antes del horario pautado por la mañana. Impacta de manera significativa en la vida diaria, ya que causa fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse y problemas de memoria.
La neuróloga especialista en medicina del sueño Sofía Luján explica que los síntomas frecuentes del insomnio incluyen:
• No poder quedarse dormido.
• Despertarse muchas veces en la noche y no poder volver a dormir.
• Despertarse un rato antes que suene la alarma y no volver a conciliar el sueño.
• Sentir que dormimos menos de lo que podríamos.
• Durante el día sentir las consecuencias de esto: fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse y problemas de memoria.
Recomendaciones
El insomnio se considera una condición crónica cuando dura más de tres meses. Puede ser causado por una variedad de factores, como estrés, ansiedad, depresión, medicamentos, trastornos médicos y ciertos hábitos de estilo de vida.
La doctora Luján da una serie de consejos con el fin de prevenir el insomnio y mejorar nuestra calidad de sueño:
• Establecé una rutina de sueño regular y de irte a la cama y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
• Creá un ambiente de sueño relajante, como oscurecer la habitación, reducir el ruido y regular la temperatura (ideal entre 18 y 22 grados).
• Hacé ejercicio con regularidad, pero no demasiado cerca de la hora de acostarte.
• Tomá siestas cortas, si es necesario, pero no después de la tarde.
• Si es posible durante el día exponete a la luz natural ya que nos ordena y hace que el momento del sueño sea más claro para el cerebro y los procesos del sueño sean más contundentes.
• Disminuí la ingesta de sustancias como la cafeína, la teína y la mateína. Evitá su ingesta y la del alcohol cerca del horario de acostarte.
• Mantenete lejos de las pantallas antes de ir a dormir
• No mirés la hora en los despertares, tratá de volver a conciliar el sueño sin saber cuánto dormiste y cuánto te queda por dormir.
• Si dormís mal una noche, no tratés de estirar el tiempo que estás en la cama o acostarte durante el día.
• Adoptá una rutina tranquila y relajante a la hora de acostarte. Por ejemplo, bebé una infusión de hierbas, tomá una ducha caliente o escuchá música suave.
• Evitá el uso prolongado de dispositivos electrónicos con pantalla, como computadoras portátiles, teléfonos inteligentes y libros electrónicos antes de acostarte.
• Relajá el cuerpo. El yoga suave o la relajación muscular progresiva pueden aliviar tensiones y ayudar a que los músculos tensos se relajen.
• Si te despertaste y no podés seguir durmiendo, levantate, salí de la cama y andá a otro lado de la casa.
• Hacé algo tranquilo y relajante como leer un libro. Cuando se sientás somnoliento, regresá a la cama.
• Conseguí un colchón cómodo, que sea pareja y ni demasiado suave ni demasiado duro.
“El insomnio es un trastorno complejo que puede tener muchas causas. Por eso, es importante consultar con un médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado”, aclara la doctora Luján, y agrega que hay una variedad de opciones disponibles, y que el médico podrá determinar cuál es la mejor para cada paciente.